Cuando creía que mi gran pero, gran defecto estaba superado, paf! caigo
otra vez...No hay caso!
Recuerdo que de chica lo único que me quedó de la enseñanza
dictatorial de mi escuelita pública y miliquera, era que las llegadas tardes se pagaban con sangre...Llegar 10 minutos atrasada, significaba toda la hora de
clases marchando bajo el implacable sol y el patio polvoriento. Sí,
eran sendas marchas; todas las inimaginables. Me las aprendí toditas. Era Como una pequeña parada
militar a las 8. 15 de la mañana! HORROR!
Aún puedo recordar a la inspectora general así, toda marcial la vieja,
mirándome con cara de odio porque yo era la que descuadraba el "batallón"
obviamente alterando -con mi despelotado paso- a toda mi cuadra, jij.
Y más aún todavía creo oírla cerca de mi oído marcando
MAAAAAAAAAARRR, IZQUIERRR...MAAARRR, "vamos para que de una
buena vez aprenda..."
Prácticamente día por medio veíanme arrastrar mis brillantes y
taquilleros zapatitos PLUMA por aquel odioso y polvoriento patio;
...Para que aprenda me volvía a repetir la vieja de mierda...
Para que aprenda que no se debe llegar tarde al colegio. Que la
inpuntualidad es lo mas feo Que hay mijita.
Hoy mientras viajo en el metro -temprano en la mañana- suena mi celu:
- Pronto?... (Sorry, contesto en italiano, XD)
- Dónde estás?
- Ehhhmmm, en el Metro, por?
- Qué metro?
- Vespucio Norte...
- Por la chucha!... otra vez tardeeee Estás atrasada,
Como siempre!
- ...ejemmm
- Son más de las 9 00!
- Essteee, sí
- Contigo no hay caso..
Si lo sé... -pienso- NO HAY CASO.
1 comentario:
ja, que recuerdos, ah!
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