"Corazón, corazón, corazón, corazón de cemento
corazón, corazón, corazón, corazón de hormigón"...
¡Cómo me gusta esa cancioncilla, por dios! La escucho y la tarareo y no me aburro.
Estoy feliz, a pesar que ayer sentí la cesantía aletear a mi alrededor como una gárgola malvada, hoy la situación es distinta. La cesantía sigue rondando cuan fantasma cruel pero ya poco me importa. Estoy feliz y punto. Es mi momento . La felicidad así como un constante, para mí, no existe... Solo son pequeños chispazos. Momentos, como el de ahora...
Hoy me divertí yendo de tiendas. Compré un par de baratijas y me puse a caminar por las calles alegre y liviana como un pájaro. El calor sulfúrico del verano en realidad poco me afecta, es más hasta parece un complemento. Avanzo y hago lo que más me gusta; observar, mirar vidrieras, oír conversaciones, imaginar lo que piensan esas personas que avanzan raudas hacia la estación del metro como autómatas; pasar por enfrente de almacenes atestados de seres en busca de no se qué; Sentir los aromas de mil cocinerías que perfuman el aire y lo hace respirable. Eso, un día como éste hay que aprovecharlo... No hay apuro, tomo mi tiempo. El mundo me parece lleno de infinitas posibilidades.
La ciudad parece envolverme con su oleada de sensaciones. En cada movimiento hay como una sorpresa oculta, algo nuevo y pretendo ir descubriendolo. Tal vez esté en el verdor de los árboles del parque, o en el azul diáfano del cielo al atardecer; en los ojos de la gente, en el ir y venir y el ajetreo; en el griterío y el zumbido los automóviles, las micros, los camiones, los vendedores que arrastran los pies y se balancean;en las bandas de viento; en los perros vagabundos que me saludan efusivos; en el campanilleo de la iglesia y en el alto y extraño canto de un avión en lo alto... Lo que sí es una certeza es que aquí esta lo que amo: la vida, Santiago, este instante de febrero.
4 comentarios:
Cada día es más escasa la simpleza del día a día, por eso se disfruta tanto cuando notamos que sigue donde siempre ha estado.
Saludos sangrientos
Blood
uuueeh!! D: qué ha pasado con la villana que tanto nos encanta?
Poesia pura con cierto condimento justo de ironia reflejo de una pluma privilegiada como la de Clo, distinto a su estilo normal pero a veces el cambiar no es signo de retroceder como los chilenos nos acostumbramos s tensionarnos luego del transantiago o alguna iniciativa chanta politica. He quedado gratamente sorprendido pese a que disfruto cuando te da por fustigar hasta los regetoneros devtus vecinos!!
Me gustó, cómo me gustó, no por los disfrutes, si no por la irradiación del relato. Felicitaciones querida
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