martes, 15 de septiembre de 2009

Caminata


Caminé por los faldeos de los cerros y volví a casa por el sendero. La belleza era etérea, irreal, vacía como una mañana de invierno; todo silencio, como un regalo de otro mundo
Y luego, la quietud y el silencio puro e incorpóreo. De alguna manera me sentía agarrada entre pinzas... y volví a mi casa a tostar pan, preparar café, y revisar mis mails y el bló y todas las palabras parecían irreales...

3 comentarios:

Blood dijo...

La naturaleza nos obnubila cada vez que se le antoja. Y por lo que veo en la foto, valió la pena la obnubilación.

Saludos sangrientos

Blood

Unknown dijo...

Siii... linda joto, verdad?
Besoteess!

Moncho® dijo...

hola!
wena foto....

espero que estes muy bn!


un abrazo y que tengas un feliz 18!
tiki tiki tiiii