domingo, 20 de abril de 2014

Post de una mujer que tenía el pelo largo e intentó cortárselo

Tener el pelo largo fue parte de una campaña de reconciliación con mi cabello, tras largos años de guerras, guerrillas y golpes de estado que se manifestaban fundamentalmente los días de humedad, peinados desafortunados, frizz post lavado y asdfghj...
Es por eso que ayer decidí cambiar de look y comencé a desempolvar a la peluquera frustrada que siempre llevé dentro (y gracias al cielo nunca afloró.). 

 Comencé algo con la esculpidora; seguí con una tijera común y silvestre de esas que hay en las casas y se usan hasta para cortar el pollo... 
Le dí largo y tendido toda la tarde, esperando que se me secara  un poco el pelo para ver los resultados de mi obra, muy lejos de ser maestra, y cada cierto rato corriendo al espejo para seguir arrasando con mis largos, los cuales tengo un poco manejados gracias a las maravillas de la plancha o el arma química de la que me he hecho devota hace ya algunos meses y un poco gracias a mi ondeada  genética por parte de ambos lados de mis cromosomas. 
Ay  señor... aay diosito... si le hubiese hecho caso a las señales que me fueron advirtiendo que me iba a mandar un condoro....llamados de teléfono, sonadas de timbre antes de un letal tijeretazo... 
Pero cuando yo me empeño en algo, le doy hasta las últimas consecuencias.... 
¿Y quién cresta me mandó a ser tan empedernida y obstinada??. 
Cuando me levanté esta mañana......¡ay por favor! 
Parecía que tenía 17 gatos enmarañados, todos en mi cabeza. Un laboratorio donde se ensayan fenómenos electrostáticos.... 
Lo primero que hice fue bañarme para ver si podía revertir un poco la situación y aplacar un poco  los rebeldes que habían sido atacados ferozmente y estaban practicando su revancha. 
Con el pelo mojado, la cosa fue mejorando. Me hice una cola en el pelo (¡como extrañaba mi larga cola de caballo adornada con ondas!) y salí al centro. 
Yo soy de esas que se miran de reojo en las todas las vidrieras....y el espanto fue inevitable, cuando una vez secado mi pelo....mi larga cola de la caballo se había convertido en esponja adosada a mi cabeza.......(por favor, cúanta desgracia). 
Yo insisto con una teoría, aunque nadie se de cuenta, el pelo tiene vida propia y no solo eso, te hace hacer cosas que uno nunca, en su sano juicio haría. 
Para terminar, querida chascona -o chascón- que ni una propaganda de Pantene ni una chica en en la micro con un PELAZO de aquellos te cieguen y no te dejen ver que tienes un pelo de mierda, y siempre, lo vas a tener... 

1 comentario:

Blood dijo...

Prueba patente que un oficio requiere de oficio, pese a no ser profesión.

Blood